Las discusiones sobre quién inventó al hummus parecen guerras políticas. Son bien parecidas a las que se forman cuando hablamos del pisco entre Chile y Perú, o el mofongo entre Puerto Rico y República Dominicana.
¿Fueron los turcos, los libaneses, los griegos o quién? ¿Quién fue el primero que trituró los garbanzos? Lo cierto es que, aunque se les da crédito a los árabes, hay un pasaje bíblico en el que se interpreta que los judíos comían hummus en los tiempos de la Biblia.
¿Debe ser caliente, frío o a temperatura ambiente? ¿Grumoso o sedoso, notarse más el tahini o los garbanzos, con salsa, más garbanzos por arriba, vegetales, piñones o carne molida? La discrepancia nunca termina, pues cada país interpreta esta receta a su forma y, si me preguntas, es cuestión de gusto.
En Israel, el Hummus tiene un espacio fijo en la mesa. En un viaje a este país, me sorprendió ver puestos en el mercado, en el que solo hacían tahini (pasta de sésamo). Luego llegué a un restaurante en el que solo vendían diferentes tipos de hummus. Te podrás imaginar lo delicioso que es. Uno era mejor que el otro. El hummus israelí se caracteriza por ser muy colorido, suave, es casi como una salsa, siempre con varios “toppings”, y con sinceridad diría que es de los mejores que haya probado.
Disfruta de mi receta de Hummus Israeli, estoy segura de que la harás de tus favoritas.