El mundo de las sales es tan interesante que cada una guarda una rica y fascinante historia. La Sal Rosada de Yucatán por ejemplo, es una sal marina única de México, natural...
orgánica y de un color rosa brillante hermoso. Un producto con más de 600 años de historia, muy apreciada en México y que ya se está abriendo paso en mercados internacionales.
El proceso de obtención natural de esta sal es casi mágico. A unas 50 millas de Mérida, en la península de Yucatán, se encuentra la Reserva de la Biosfera Ría Celestún. Un ecosistema riquísimo repleto de esteros y charcas hipersalinas de poca profundidad donde vive una de las poblaciones más grandes del mundo de flamencos rosas. En las charcas tiene también su hogar la artemia salina, un diminuto crustáceo de color rosa intenso, culpable del tono rosado del agua, de la arena circundante y hasta de las plumas de flamencos, de los que son su alimento principal. Es precisamente de estas charcas salinas de donde se obtiene la sal rosada. Como ves, su color no es casualidad.
La sal rosada de Celestún se obtiene por secado natural gracias al intenso sol yucateco, que evapora el agua de las charcas concentrando así la sal en el mínimo de agua restante. Se recoge y se procesa manualmente, logrando un sabor más ligero que la sal común por lo que intensifica el sabor natural de los alimentos sin alterarlos con sabor a sal artificial.
¨Sal de Celestún¨ se vende en tiendas gourmet de México, EU, Francia y tiendas online. Se intenta proteger esta reserva al máximo y la vida de las humildes familias mexicanas que trabajan a diario en ella. Si la compras, estarás apoyando una buena causa llevando a tu cocina un producto artesanal y de gran calidad.